Nos levantamos a las 7 A.M. para visitar el Templo de Edfú y nuestra sorpresa fue que nada más salir del barco, nos encontramos unas calesas que nos iban a llevar al templo.
La calesa atraviesa la ciudad de Esna que a esas horas está algo apagada por ser Ramadán pero si da tiempo a ver como las mujeres, todas con sus velos, se agolpan para comprar en la panadería sin ninguna cola ni orden y levantando las manos para que les atiendan antes.
La calesa llega a una gran esplanada donde aparca esta y cientos más. Después de pedirnos por 5ª vez la propina el conductor, atravesamos la esplanada y cruzamos un mercadillo para llegar a la entrada del Templo.
El Templo de Edfú está dedicado a Horus, el dios Halcón. Fue construido y decorado entre el 242 a.C. y el 57 a.C.
Dicen que es el templo mejor conservado de Egipto y el de más importancia después de Karnak. La verdad es que es muy bonito, pero hay tanta gente viéndolo a la vez que es muy difícil apreciar esa importancia, muestra de ello es una imagen de uno de los pasillos laterales del templo.
Cualquier explicación del guía se hace inaudible, aparte de no caber todo el grupo en unos pequeños metros cuadrados por el continuo trasiego de turistas.
La característica más importante del templo es que según se avanza por las habitaciones, estas van siendo más pequeñas y más oscuras hasta llegar al oscuro santuario.
La fachada del templo o técnicamente llamada Pilono, está decorada con imágenes de Ptolomeo XII Neo Dioniso prisioneros ante Horus y Hathor.
Debajo del pilono, escoltando la entrada se encuentran 2 halcones de granito negro.
Nada más acceder al templo nos encontramos en un patio con columnas a ambos lados.
Después del patio accedemos a la primera sala hipóstila o "El pronaos" con 12 columnas decoradas con formas vegetales en su parte inferior y con 2 salas a derecha e izquierda. La sala de la derecha se utilizaba para la purificación de sacerdotes y la sala de la izquierda era una biblioteca.
Lo más característico de esta sala es que contiene a su vez otras 4 que servían para albergar ofrendas secas, ofrendas líquidas y un laboratorio que dispone de imágenes de cómo preparar las ofrendas.
Escoltando la entrada al Pronaos se encuentran dos estatuas de horus con doble corona.
Son muy bonitas y están bastante bien conservadas pero un poco negruzcas del sobe que le dan los turistas que se quieren fotografiar pegados a ella.
Después de esta sala se encuentra la cámara de las ofrendas, después la sala central donse se encuentra la capilla del dios Min. Tras esta sala se encuentra el santuario con el naos que albergaba la imagen de Horus y un pedestal donse se encontraría una barca. Actualmente se puede ver una replica de la barca. Y no sé porqué motivo el apelotonamiento de turistas intentando hacer una foto al santuario es fuera de lo normal.
En la parte exterior del templo, existen corredores o pasillos donde existen numerosas inscripciones de temas religiosos, además de inscrpciones que tratan cómo se construyó el templo.
Después de ver el templo un poco agobiados nos dirigimos a coger otra vez la calesa que nos lleve a la motonave. Antes debemos cruzar el mercadillo, el cual es uno de los más agobiantes de todo Egipto, ya que los comerciantes te agarran del brazo, se ponen en medio de tu camino, etc. Nosotros al ir bien de tiempo nos paramos a comprar 2 chilabas. Mi consejo en cuanto a las compras es primero tener paciencia, no asustarse por el precio inicial que ponga el comerciante, tener muy claro cuánto se esta dispuesto a pagar por el producto y por último no cortarse en absoluto e irse si no nos convence el precio, os garantizo que si el precio le sigue interesando el comerciante se irá detrás de vosotros regateando.
Tened mucho cuidado cuando cerréis un precio y os metan lo comprado en una bolsa, porque a veces os meten el mismo producto pero algo más deteriorado. Y en caso de las chilabas, negociad el precio junto a los pañuelos, y cuando lo cerreis cercioraros de que los introduce en la bolsa, ya que suelen hacer los tontos (o mejor dicho los listos) y decir que el precio no incluía los pañuelos.
En cuanto a los precios de las chilabas, el guía dijo que no se debía de pagar más de 5 ó 6 € por una chilaba buena y con decoraciones, pero mi opinión es que no se debe pagar más de 4 ó 5 €, lo que son 40 L.E. Por una chilaba normalita en mi grupo se llegó a pagar 12 L.E. (1,5 €), pero siempre hay que tener en cuenta que hay que pagar precios dignos y no regatear los precios hasta el punto de libra arriba, libra abajo, ya que para nostros no supone nada, pero para los comerciantes egipcios sí.
Atravesado el mercadillo se llega a la esplanada donde estan esperando los chóferes de las calesas bastante nerviosos y excitados porque cambian de turno. Se hace mucho hincapié en que no se suba a otra calesa que no fuera la que nos trajo, para cerciorarse fijarse en el número que esta pintado en el carro.
Llegados a la motonave nos disponemos a comer y a intentar dormir la siesta mientrás el barco navega a contracorriente con el estruendo de los motores hacia Kom Ombo.
Llegados allí y trás atravesar otro mercadillo y sortear multitud de niños vendiendo pulseras y colgantes llegamos al Templo de Kom Ombo.La fachada dispone de dos entradas que llevan a las salas para la adoración de Horus o Sobek.
Luego se encuentra la segunda sala hipóstila donde muestran escenas de ofrendas.
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