Voy a contaros nuestro viaje a Lisboa, dicen de ella que es romántica, yo diría que hay ciudades que lo son más y además ya las hemos comentado en este blog. Para visitarla son suficientes 3 días.
La gastronomía es muy rica, sus platos típicos están relacionados con el bacalao, saben cocinarlo de mil maneras.
La gente es simpática, parecidos a los españoles, no tendréis dificultades en entenderos con ellos, eso sí, si ellos quieren…
Lo mejor para llegar a Lisboa es en el coche privado porque en autobús son muchas horas, aunque se va en buenos autobuses (clase supra - ALSA); el avión suele ser caro, a no ser que vayáis en Ryanair y os desviéis a Oporto o Faro. Y el tren, es un viaje de una noche en tren-hotel, y su precio no es que sea barato y cómodo si vas en turista. Así que cómo veis, el transporte no es fácil ni barato, por eso nosotros fuimos en autobús que es lo más barato y medianamente rápido, aunque siempre algo incómodo.
Lo primero que tenéis que hacer al llegar a Lisboa es haceros con una Tarjeta transporte de 1, 2 ó 3, o bien comprar un gran número de tickets de un viaje. También tenéis la posibilidad de adquirir la tarjeta Lisboa Card con la que puedes usar el transporte público y entrar a algunos museos gratos o casi. Haced cuentas, yo os digo que escogimos la opción de tickets individuales.
Lisboa no es una ciudad fácil de andar porque tiene muchísimas cuestas se hace imprescindible el transporte público, sobre todo el tranvía.
Os recomiendo que empecéis por la Plaza de Restauradores, en ella se encuentra la estación de ferrocarril de Rossio, la cual os puede llevar a Sintra. Seguid por la plaza Augusta hasta la Plaza do Comércio donde empezaréis a ver (si es temporada) puestos de castañas y adornos navideños.
Esta plaza es conocida también porque fue donde una vendedora de claveles dio nombre a la revolución que desbancó un régimen, regaló claveles a los militares sublevados y estos los colocaron en sus fusiles.
Pasaréis por delante del famoso Elevador de Santa Justa, del cual hablaremos más tarde con más detenimiento.
La Plaza do Comércio es una plaza simétrica rodeada por 3 lados de edificios con amplios soportales, y un lado da directamente al Tajo. En esta plaza se encontraba antes de 1755, cuando se produjo el gran terremoto el antiguo Palacio Real. Aquí encontraréis los tranvías turísticos y los barcos que llevan a la orilla opuesta, al histórico barrio de Belém o al moderno Parque das Nacões.
Lo siguiente que hay que ver es la Catedral (Sé), se encuentra deshaciendo lo andado hasta plaza Augusta y girar a la derecha. La Catedral es de estilo románico-gótico del siglo XII, resalta el gran rosetón de su fachada.
Después de ver la catedral os aconsejo que cojáis el tranvía 28 que tiene parada en la misma puerta y subáis al Castillo de São Jorge, para entrar a verlo hay que pagar, para mi gusto no merece la pena, sólo por las vistas, las cuales encontraréis iguales o mejores en la otra orilla.
El tranvía 28 es el mejor para ver la ciudad entera, ya que pasa por los sitios de más interés turístico, así que no dudéis en volveros a montar y pararos en dónde os apetezca.
Ya que estamos en el barrio de Alfama, pasaros a ver la Iglesia de San Antonio en donde se dice que nació.
Si seguís por la Rua Augusto Rosa os toparéis con el Teatro Romano del 57 d.C., construído en honor a Nerón. Fue descubierto tras el terremoto, en 1789.
En el barrio de Alfama se encuentran dos iglesias más que son interesantes de ver, son la iglesia de São Vicente de Fora y la iglesia de Santa Engracia. En este barrio se dice que es el más indicado para escuchar los fados.
Recorrida la zona de La Baixa es recomendable ir a la Plaza de Camoes (metro Baixa-Chiado) y pasear por la zona tranquilamente. En esta plaza se encuentra el Café A Brasileira, donde nosotros desayunábamos todas las mañanas, es famoso por la estatua de la terraza del escritor Pessoa, el cual frecuentaba el café. Os sorprenderéis de la cantidad de bollos que tienen, los tipos de café y, sobre todo, lo barato que es.
Para pedir café en Portugal hay que hacer un curso, así que la responsabilidad de lo qué os sirven os la dejo a vosotros, pero ya veréis como al pedir los bollos si os entienden.
Al salir del café, reflexionaréis sobre la repostería y los cafés que tenemos en España, os habréis dado cuenta de que no estamos al día.
Este barrio sólo se recorre andando, no nos salva el tranvía 28, así que coger fuerzas y a subir cuestas para ver la iglesia de Nossa Señora dos Mártires y la Iglesia de la Encarnación. También encontraréis el Arco da Rua Augusta que fue construido para rememorar la reconstrucción de la ciudad después del terremoto.
Ahora lo mejor es desplazarnos al barrio del Rossio, más exactamente a la plaza que le da nombre, es una de las plazas más importantes de Lisboa por su bullicio, cafés, restaurantes, está rodeada de las típicas casas abuhardilladas pombalinas. En la plaza podréis degustar el típico licor llamado “ginjinhas”.
En esta plaza antiguamente era escenario de ejecuciones por parte de la inquisición, además de Autos de Fe y corridas de toros.
Actualmente es conocida por la estatua de 28 metros de altura que ocupa el centro de la plaza, representa a Pedro IV pero podría tratarse del emperador Maximiliano de México, esto es debido a que cuando se compró les dieron gato por liebre.
Cerca de esta plaza encontraréis el Teatro Nacional D. Maria II, el Palacio de los Condes de Almada, el cual tiene unas chimeneas que valen la pena y la Plaza de Figueira de estilo Pombalino.
Volviendo hacia la Baixa, tomaremos el Elevador de Santa Justa, el cual es de hierro forjado de 45 metros de altura. Fue construido en 1892 por un discípulo de Eiffel y une la ciudad baja con el Chiado y el Barrio Alto. Subid en él para ver las vistas, no hay que comprar entrada, vale con los tickets individuales de transporte normal, uno para subir y otro para bajar. Os sorprenderá que arriba haya un bar con terracita y si es un día de viento notaréis como la torre se mueve ligeramente.
Arriba pasaremos junto a las ruinas de la Iglesia do Carmo, las cuales han sido conservadas intactas desde el terremoto.
Pasaros a ver la Asamblea de la República, ya que es Monumento Nacional y es digno de ver.
No os vayáis del barrio Alto sin admirar la ciudad desde el Mirador de Santa Catalina donde veréis el puente del 25 de abril, es decir la réplica del famoso puente de San Francisco y el transcurrir del Tajo.
Por último, visitad la plaza de Sao Paulo, ya que es de estilo pombalino y mezcla azulejos y hierros que le hace tener un toque moderno.
Podéis bajar del barrio por el elevador da Bica, es un funicular que comunica el barrio Alto con la Rua de Sao Paulo (estación Casi do Sodre).
Cerca de la estación de Casi do Sodre existe un mercado, el cual en su 1ª planta tiene un restaurante – buffet que sirve comida portuguesa a buen precio. Os lo recomiendo, pero os aviso que en Portugal comen 1 y 2 horas antes que en España, es decir, a las 13 horas tenéis que estar comiendo.
Ahora os toca ir a Belém, que le podéis dedicar mediodía. Se puede ir en tren o tranvía desde la estación de Cais do Sodre o desde la Plaza do Comércio en el tranvía 15.
En Belem, hay cuatro lugares de visita obligada, que son: la tienda de pasteles de Belém, la Torre de Belem, el Monasterio de los Jerónimos y el Monumento a los Descubridores. Además de esto existen museos de Arte Popular, Arqueología y Marina.
Sobre la pastelería comentaros que fue fundada en 1510 (eso es experiencia en el sector…) y es famoso por los pasteles de Belem que elaboran, la receta es secreta y sólo la conocen 3 personas que los hacen a puerta cerrada. Su inventor fue un gallego llamado Elías Martínez que era pastelero del Monasterio contiguo de los Jerónimos, pero los pasteles los hizo famosos el millonario brasileño Domingos Rafael Alves que abrió la tienda.
Los pasteles están extremadamente sabrosos, son tartaletas pequeñas, de hojaldre crujiente, rellenas de crema y espolvoreadas de canela y azúcar, cuestan más o menos 1 euro la unidad.
Después de endulzarnos el viaje, pasad a ver el precioso claustro del Monasterio de los Jerónimos, aún así observar detalladamente la fachada.
Es un edificio que refleja la típica arquitectura manuelina, y es Patrimonio de la Humanidad.
De aquí partió Vasco de Gama a la India en 1497 financiado por los impuestos obtenidos de las especias orientales. Su tumba y la de los escritores Luís de Camoes y Fernando Pessoa se encuentran en el monasterio.
Seguid la visita subiendo al Monumento a los Descubridores, donde os sorprenderá la vista. Este monumento fue construido en 1960 homenajeando a Enrique el Navegante, mide 52 metros, tiene forma de carabela, en la cual se representa de forma majestuosa a el Infante D. Enrique y otras personalidades que ayudaron en la época de los descubrimientos.
Lo último que ver es la Torre de Belem, la cual es también Patrimonio de la Humanidad. Fue construida en 1515 como fortaleza o fortín para proteger el puerto de Restelo por orden de Manuel I aunque también se usó como cárcel. Es de piedra blanca con planta cuadrangular y decorado al estilo manuelino.
Se dice que se construyó en medio del río Tajo, pero al transcurrir los años, el Tajo ha ido variando su cauce y ahora se encuentra en la orilla.
No os podéis marchar de Lisboa sin admirar la grandeza del reciente puente Vasco de Gama, de 17 km. de longitud, cerca se encuentra el Parque das Nações que se construyó para la Expo del 98, al igual que la estación de Oriente, diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava.
Al igual que muchas ciudades, Lisboa es una ciudad que contiene muchos detalles, por ello merece un recorrido pausado y tranquilo para admirar muchas cosas que nos podemos dejar atrás y no aparecen en las guías turísticas. En esta redacción he intentado reunir todo lo interesante de Lisboa, pero ya sabéis, si se no escapa algo, comentadlo y se incluirá.
Plano de metro: http://www.carris.pt/downloads/planta_lx.jpg
Plano de la ciudad: http://incoming.cityrama.pt/imagens/mapas/mapa_lx.jpg
¡Buen Viaje!
4 comentarios:
Yo iré a Lisboa este verano así que tomaré nota y ya te contaré cuando vuelva.
Échale un vistazo a mi blog a ver qué te parece: http://toithaca.blogspot.com/
me a gustado mucho tu articulo. estube el verano pasado en lisbo y la verdad que fuese leido esto antes fuese mejorado mucho la estancia. Por favor si te pasas por www.atrevetesolo.com me gustaria que me dieses tu opinion sobre la web y que mejorarias o kitarias.
mi email es joethefps arroba gmail.com
De la hipotética estatua de Maximiliano en la plaza de Rossio en Lisboa.
No te creas todo lo que te dicen.
“…A cidade lança um concurso internacional e opta pelo projecto dos Franceses Élias Robert e Gabriel Davidoud. Os trabalhos começam em abril de 1867. Mas, a 29 de Abril de 1870, a inauguraçao do monumento fica marcada com uma história tipicamente Lisboeta. Havia quem contasse que, efectivamente, a estatua que lá estava era a do Imperador do México, Maximiliano, que a encomendara da Europa. A notícia da execuçao do soberano chega a Lisboa na altura em que a sua estatua esperava no porto. Teria entao sido colocada sub-repticiamente no alto da coluna de mármore já montada no Rossio. Recentemente, a limpeza do monumento permitiu desmentir este boato, visto que até os botoes da farde do rei têm as insignias da coroa Portuguesa.”
From Dejanirah Couto in “História de Lisboa” pag.236 Gótica Editorial
El puente que habéis puesto en la foto se llama Puente 25 de Abril, no es el puente Vasco de Gama, he visitado Portugal este mes de septiembre 2015.
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